Mostrando entradas con la etiqueta christmas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta christmas. Mostrar todas las entradas

11/12/12

16/12/11

Navidad


Calles de fiesta, de luces y colores… Barcelona está maravillosamente iluminada en Navidad y L’Hospitalet también, brillando con luz propia y augurando unas fiestas llenas de amor y besos, por eso podemos leer en grande en la plaça de l’Ajuntament… “Diu la tradició que sota el baix grèvol (muérdago) poden passar grans coses… al dessota d’aquest volem que et facin un petó ben gros”. (Aún espero el mío!!!)

Solemos decir que cuando falta gente a la que quieres ya no vives momentos en familia sin poder recordar que ya no están y no sentir tristeza. Y es cierto, por eso la Navidad en casa cambió hace unos años. Sin embargo, mi madre volvió a decorar el piso, simplemente porque a mí me gustaba, y simplemente porque era una manera de hacernos sentir que la Navidad una vez más había llegado.  

Y junto con mis miles de adornos comprados en Roma, hace tres años lleno mi habitación de papa noeles, velitas, piñas de colores… y vivo la Navidad como otras fiestas más, otro año más mayor, otro año más vivido. Pensando en mis propósitos de año nuevo, haciendo retrospectiva de lo vivido. Comprar regalos no será lo más importante porque el detalle siempre es lo que cuenta y prefiero algo sencillo pero muy sincero, ajustado a mi economía low-cost. Y tampoco pidiendo regalos, sencillamente porque por suerte mi vida abunda de todo y no hay grandes cosas que necesite. Pero siempre deseando que lo bueno siga... siga ahí, algo de salud y, por qué no? mucho amor.  

Este año se prevé un final de diciembre frío, más de lo habitual en los últimos años, y por eso quizás vista unos guantes y un gorrito cuando vaya a la Fira de Santa Llúcia o cuando me aventure una tarde a adquirir algún sencillo y bonito regalo.  O quizás saque del armario alguna vieja y calentita bufanda que aún no he usado. Escucharé también alguna antigua canción navideña y recordaré tiempos pasados. E incluso, comeré algo de turrón y por supuesto, muchos canapés de los que prepara mi padre.

Pero también, como cada año, me sentaré en la mesa con los de siempre, con los que de momento no deben faltar, mis padres, mi hermana, mi tío y mis abuelos, los que se quejarán porque no querrán salir de casa, pero que acabarán viniendo. Y así comer todos juntos y  recordar a mi tito que ya no está, pero disfrutando juntos los que aún seguimos aquí.